Publica Leyendas de Guatemala (1930) en torno a mitos y leyendas nativas y mestizas. En su célebre novela El señor Presidente (1946) retrata (como harÃn GarcÃÂa MÃrquez en El otoño del patriarca, Roa Bastos en Yo el supremo, o Vargas Llosa en La fiesta del chivo) a un tÃÂpico dictador latinoamericano por procedimientos grotescos y burlescos, pero en un marco de fuerte contenido ético y social en que la muerte y la injusticia se encuentran muy presentes.
Hombres de maÃÂz (1949) es reconocida por muchos como su obra maestra. Novela tÃÂpica del realismo mÃgico, se aprecian en la misma igualmente las voces y los rostros del oprobio y la injusticia, pero en términos de cruda explotación colonialista. Para ello, lo mÃs resaltable es que el autor logra, de forma casi sobrenatural (Juan Rulfo es otro maestro en este arte), acoplar el lenguaje y el ritmo de su prosa a los de la raza que retrata, sus fantÃsticas creencias, sus antiguas maneras y costumbres.
Insistió en parecidos temas en sus siguientes obras, como en la polémica novelas denominadas como La trilogÃÂa de la república de la banana que es conformada por: Viento fuerte (1950), El Papa verde (1954) y Los ojos de los enterrados (1960).
El teatro de Miguel ÃÂngel Asturias es menos conocido, si bien abunda en el inconformismo y la crÃÂtica social: Chantaje y Dique seco, ambas de 1964.
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